La idea es simple. E irrefutable: Los filtros que ponemos en nuestras percepciones determinan en qué clase de mundo vivimos.
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La historia que expongo ilustra el concepto. Un día se acercó un hombre a Picasso y le preguntó: "¿Por qué no pinta usted las cosas tal como son en la realidad?".
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Picasso se quedó un poco confundido: "No acabo de entender lo que quiere decir?".
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El hombre sacó de su cartera una fotografía de su esposa y dijo. "Mire, como esto. Así es mi mujer de verdad".
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Picasso la miró un buen rato y luego exclamó: "Es muy pequeña... y un poco plana, ¿no?".
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